Norte clásica del Almanzor (2.592 m) – Circo de Gredos, día 1

Refugio Elola y Almanzor

Aún me quedan unos días para volverme a Nueva Zelanda, y por fin he conocido el Circo de Gredos. Si a mí me dicen que existe un sitio así a dos horas y media de Madrid, no me lo creo. Me explico: me recoge Javi a las 7 de la mañana en el portal de mi casa el lunes. Llegamos a Hoyos del Espino en algo más de dos horas, desayunamos en el bar, aparcamos el coche en La Plataforma de Gredos, me pongo los esquís (en el aparcamiento), esquío un par de horas hasta el refugio, escalamos la cara norte del Almanzor, esquiamos hasta el coche, y cenamos un bocadillo de lomo a la plancha con queso y tomate. Y al día siguiente, más. Esto fue lo que pasó en mi primer día en el Circo de Gredos.

Con la idea de escalar algo en el Cuchillar de las Navajas, el Almanzor al fondo

Con la idea de escalar algo en el Cuchillar de las Navajas, el Almanzor (al fondo) fue, finalmente, el objetivo del día
Tras el último resalte técnico Javi tras el último resalte técnico en la vía de la cara Norte

El lunes hacía un frío de cojones. El temporal polar que ha aislado el norte de España durante una semana aún no se había terminado de marchar, y en el parking de La Plataforma estábamos ya a -7°C. Si no recuerdo mal empezamos el camino en dirección al refugio a eso de las diez y pico de la mañana. Había nieve desde el coche, aunque con algunas zonas de placa helada. En un par de horas estábamos en el refugio Elola, extendiendo nuestros sacos en las literitas de la zona habilitada para el invierno. Había algún otro saco allí, así que nos imaginamos que dormiríamos acompañados. Y es que nuestro plan era dormir en el refugio: llevábamos con nosotros toda la comida para pasar allí un par de noches. Nos pusimos en marcha (dejé los esquís en el refugio) para echar un vistazo al estado de las vías en la zona del Cuchillar de las Navajas. Probablemente debido a las bajas temperaturas del temporal de la semana anterior había muy poco hielo, así que continuamos andando en dirección a la cara norte del Almanzor. Como íbamos sin cuerdas, estábamos un poco limitados a vías no muy técnicas y preferimos evitar los pasos en mixta.

La norte clásica del Almanzor (IV/3, M3) estaba muy justita de hielo según Javi, que ya se la había hecho en otras ocasiones, pero aun así decidimos darle un pegue. Desde la base de la vía son cuatro largos de unos 50 metros cada uno (según la guía y los croquis que he encontrado), con un par de resaltes en hielo y corredores en nieve entre medias. El primer resalte, justo al principio, nos lo encontramos con suficiente hielo como para que escalar esos tres o cuatro metros fuera una gozada. El segundo resalte era algo más serio. Había mucha roca descubierta, y el hielo no era muy espeso. Aun así, el que había era duro como no lo he visto yo en la vida… Con cuidadín salí del último paso seguido por Javi, para trepar los últimos metros hasta la cima, ya mucho menos técnicos. Ahora que he buscado fotos en internet (no hice ninguna foto buena de la vía en sí), he encontrado esta del segundo resalte: FOTO. ¡No tenía tanto hielo pero ni de coña! De hecho tuve que pegarme bien a la roca de la derecha para aprovechar algo de nieve dura que se había acumulado en la fisura.

Vistas del Circo desde la cumbre

Vistas del Circo desde la cumbre

A pesar del frío, no se vislumbraba ni una sola nube. Destrepamos por la ruta normal para llegar al refugio a eso de las cinco de la tarde. Ya no había sacos de dormir al margen de los nuestros, así que pensamos que el refugio sería solo para nosotros. Al ponernos un poco más cómodos e ir a preparar la parafernalia de la cena, nos dimos cuenta de que no teníamos mechero. ¡Tendríamos que comer frío! Pero la tragedia no era la comida, claro, sino el agua. Casi no nos quedaba y sin fuego no podíamos deshacer nieve. Bueno, pues había que volver al coche.

En el camino de vuelta a La Plataforma se nos hizo de noche, y a pesar de que el camino era obvio, me resultó algo complicado distinguir entre nieve y hielo con los esquís, así que no se me hizo todo lo agradable que podría haber sido. Pero a cambio, nos enchufamos unos bocadillos en el bar del pueblo de barra entera. Qué obscenidad de bocatas, por Dios. Y a dormir, que al día siguiente algo habría que escalar.

Nunca he sentido un particular orgullo de mis raíces castellanas... pero veo que hay gente que sí

En la cima del Almanzor. Nunca he sentido un particular orgullo de mis raíces castellanas… supongo que hay gente que necesita compartir «sus pasiones» con el resto del mundo